El parlamento de Indonesia aprobó un nuevo Código Penal que castiga el adulterio y las críticas contra las altas autoridades, como el presidente del país, con cárcel.
Un año en prisión. Ese es el castigo al que se arriesgan aquellos indonesios que mantengan relaciones fuera del matrimonio.
El parlamento del país asiático aprobó un nuevo código penal, el cual se prevé que entrará en vigor plenamente en tres años, en el que no solo se penaliza el adulterio, sino que también la blasfemia, renunciar a la religión y las críticas a las altas autoridades del Estado.
Los cambios se producen después de un aumento del conservadurismo religioso en el país musulmán más poblado del planeta.
Los críticos ven las leyes como un «desastre» para los derechos humanos y un posible golpe para el turismo y la inversión pues también se castigará a los extranjeros.
Varios grupos, en su mayoría jóvenes, protestaron contra la legislación en Yakarta esta semana y se espera que las nuevas leyes sean impugnadas en los tribunales.
Apretando las tuercas
La nueva legislación también prohíbe que dos personas no casadas vivan juntas y castiga este comportamiento con hasta seis meses de cárcel.
Ajeng, una mujer musulmana de 28 años que vive en la ciudad de Depok, en Java Occidental, dijo que ahora su libertad estaba en riesgo, pues no se ha casado con el hombre con el que ha estado viviendo durante los últimos cinco años.
«Con la nueva ley, ambos podemos ir a la cárcel si uno de la familia decide hacer una denuncia en la policía«, le dijo a la BBC.
«¿Qué pasa si hay un familiar que tiene un problema conmigo y decide enviarme a la cárcel?», inquirió.
La mujer, quien en 2019 participó en las primeras protestas que se desató la propuesta, afirmó: «Creo que vivir juntos o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio no es un delito».
«En mi religión, se considera un pecado. Pero no creo que el código penal deba basarse en una determinada religión«, agregó.
Sin embargo, el martes, el parlamento aprobó por unanimidad el nuevo instrumento de más de 600 artículos e incorpora algunas disposiciones de la ley islámica.
A todos por igual
Grupos y organizaciones de Derechos Humanos han denunciado que las nuevas disposiciones afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las personas LGBT y las minorías étnicas.
El hecho de que las normas se apliquen por igual a los locales y a los extranjeros que viven en Indonesia o que visitan destinos turísticos como Bali ha disparado las alarmas entre los empresarios.
Muchas firmas se han opuesto a la legislación, porque temen que espante a la llegada de visitantes e inversiones.
La directora para Asia de Human Rights Watch, Elaine Pearson, dijo a la BBC que el nuevo Código Penal supone un «gran revés para un país que ha tratado de presentarse como una democracia musulmana moderna«.
Por su parte, el investigador Andreas Harsano advirtió que en Indonesia hay millones de parejas sin certificados de matrimonio «especialmente entre los pueblos indígenas o musulmanes en áreas rurales», los cuales se han casado en ceremonias religiosas específicas.
«Estas personas, en teoría, estarían infringiendo la ley y su convivencia podría ser castigada con hasta seis meses de prisión», dijo.
Siguiendo el ejemplo de…
Con su decisión los legisladores indonesios han incluido a su país en la lista de países que castigan el adulterio, las relaciones prematrimoniales y entre parejas del mismo sexo.
Debido al Mundial de Fútbol la estricta legislación moral de Qatar ha vuelto a la palestra. Sin embargo, el país del Golfo Pérsico no es el único que tiene normativas de esta naturaleza. Afganistán, Somalia, Irán, Egipto, Bangladesh, Brunei, zonas de Pakistán y Arabia Saudita penalizan con cárcel o incluso castigos físicos como la lapidación o los latigazos el sexo fuera del matrimonio.
Pero no solo países de mayoría musulmana tienen legislaciones de esta naturaleza, pues Filipinas también castiga el adulterio y en el caso de las mujeres hasta con seis años de cárcel.
Dejando atrás el pasado colonial
Desde la transición democrática en 1998, en Indonesia se han introducido leyes cada vez más estrictas sobre el sexo y el comportamientos sociales basadas en la religión en algunas partes del país de 267 millones de habitantes.
La provincia de Aceh ya hace cumplir la sharía (ley islámica) y se castiga a las personas por apostar, beber alcohol y reunirse con miembros del sexo opuesto.
Muchos grupos islámicos han estado presionando para tener más influencia en la configuración de las políticas públicas en los últimos años.
Los legisladores, por su parte, han celebrado la revisión de las leyes que se remontan a la época colonial holandés.
«Es hora de que tomemos una decisión histórica y dejemos atrás el Código Penal colonial que heredamos», dijo al parlamento la ministra de derecho, Yasonna Laoly.
Estaba previsto que un borrador anterior se aprobara en 2019, pero éste provocó protestas en todo el país con decenas de miles de personas participando en las manifestaciones.
Muchos, incluidos estudiantes, salieron a las calles y hubo enfrentamientos con la policía en Yakarta.
Ajeng dijo que muchos indonesios que no se vieron afectados por la ley también protestaron en 2019 porque «la gente no quiere que sus impuestos se usen para enviar a la gente a la cárcel solo por sexo».
«La gente está enfadada porque les están quitando su libertad. Indonesia tiene muchos problemas como la pobreza, el cambio climático y la corrupción, pero en lugar de resolver un problema, han creado un proyecto de ley que solo aumenta el problema», remató.
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