A 29 Años de su Fallecimiento, la Impronta y Recuerdo de Don Germán, Siguen Plenamente Vigente

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El hombre bueno, el líder ciudadano, el creador, el gran hacedor, quien ha pasado de forma imborrable a ser parte de la más promisoria historia de Temuco, es hoy, 18 de noviembre, recordado con gratitud por sus familiares y amigos.

En un día como hoy, hace exactamente 29 años, dejó de existir en Temuco, don Germán Becker Baechler, quien por espacio de dos décadas fue el alcalde de la capital regional, periodo en la que ésta alcanzó su máxima expresión de desarrollo.

Don Germán fue un líder respetado, querido y admirado y sin lugar a dudas, es la autoridad genuinamente temuquense, que dejó una huella indeleble que la historia de la comuna nunca olvidará.

Nació en la ciudad de Lautaro un 25 de febrero de 1915. Hijo de inmigrante alemán Oscar Enrique Becker Becker y Augusta Bäechler Dicmann. Era el segundo hijo del matrimonio Becker Baechler. Fue alcalde de Temuco en los periodos 1963, 1967, 1982, fue electo diputado por la 21 agrupación departamental de Imperial, Temuco, Villarrica, Pitrufquén y Lautaro, para el período de 1973 a 1977.

La construcción del estadio municipal, el más hermoso y el de mejor drenaje en el país, en su tiempo (inaugurado por el Presidente Eduardo Frei Montalva); la piscina  municipal, obras urbanas, el propio actual edificio consistorial, son solo parte de sus muchas obras imperecederas y que también alcanzaron hasta quienes representaban su mayor preocupación: sus vecinos con menores ingresos, aquellos que vivían en las cercanías del río Cautín, en poblaciones que se inundaban con la lluvia invernal, pero que finalmente recibían no sólo la visita solidaria de su alcalde, sino que también su cariño y compromiso en mejorar la calidad de vida de la y los pobladores. Así una o más poblaciones surgieron bajo su impulso creativo, construidas más bien con aporte propio y de sus amigos, para no utilizar recursos municipales o del Estado, en tanto este tipo de obras no eran ni son prerrogativas municipales. Pero, a él le interesaba la solución, más que el aparataje administrativo o la norma sectorial.

Tras 29 años de su sensible fallecimiento, aun queda en el recuerdo de los habitantes de Temuco y de quienes lo conocieron, su amabilidad, su eficacia y prontitud en resolver los problemas de la gente, sin más tramitación que una conversación de conocimiento de equis situación, pasando a ser parte del problema y también de la solución.

Siempre contó con el apoyo de su estimada esposa, la señora Marieta Alvear y de sus hijos, que siguieron sus pasos en lo político y comercial, tanto como alcalde, electo en sus primeros periodos por el partido Radical, luego como Democracia Radical, como por su emblemática condición de dueño de DACSA, Distribuidora de Autos Cautín S.A., marca que Roberto, volvió a darle vida, a través de las servitecas del mismo nombre en la macrorregión sur del país

Germán y Miguel, por ejemplo, siguieron su huella política y ambos han llegado a la Cámara de Diputados, como lo hizo su padre en un crítico período del país, formando dupla con su eterno amigo, don Hardy Momberg Roa (fallecido en Temuco el 17 de agosto de 1990), con quien lideró hasta meses antes de su deceso, a Deportes Temuco, figura que reemplazó a Green Cross, club que don Germán “compró” para dotar a la ciudad capital del fútbol profesional, en otro hecho histórico en la vida de este gran hombre público, reconocido como tal en todo el territorio nacional.

Su funeral fue tan impresionante como su trayectoria sinigual; lo mismo su velatorio. Una multitud le acompañó antes de dejar el espacio terrenal que tanto amó y por el cual tanto luchó, como hijo pródigo que cumplió con rectitud, honorabilidad, empatía y solidaridad, lo que Dios o el destino, le habían encomendado.

El hombre bueno, el líder ciudadano, el creador, el gran hacedor, quien ha pasado de forma imborrable a ser parte de la más promisoria historia de Temuco, es hoy, 18 de noviembre, recordado por sus familiares y amigos, a todos quienes hacemos llegar nuestro saludo y recuerdo.

Esta nota es apenas, un diminuto eslabón, una muy acotada semblanza del ciudadano y su impronta, del más ilustre vecino y autoridad, de su actuar transversal, lo que sigue y seguirá presente en la memoria individual y colectiva de los temuquenses.

Por, Gustavo Cid Asenjo   

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