BORIC, ENTRE LA ESPADA Y LA PARED. IDEOLOGÍA CONTUMAZ V/S SEGURIDAD PARA LOS CHILENOS

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Presidente: Arauco y la Araucanía, no sólo tienen hoy una pena por la muerte del trabajador mapuche Segundo Catril, tienen rabia, impotencia, tienen un mensaje para usted, interpelarlo a que deje aspectos ideológicos y la vida o la muerte de las personas, se clave como prioridad en su alma y mandato.

 

Por GUSTAVO CID ASENJO Periodista- Director

Complejo Multimedia Chile Sur

Al despacho de este artículo, hay reuniones urgentes en La Moneda, tras enviar mensajes al mediodía tibios respecto a los luctuosos hechos ocurridos esta mañana en las provincias de Araucano y Malleco y que al margen de enésimas querellas y lamentos líricos, el Gobierno no da señales de más severa instalación “mano dura” y no aplica con sentido integral, ni parcial, ni acotado, ni confuso, una política de seguridad para garantizar el Estado de Derecho en la denominada “zona roja”, en la cual, se está conculcado, en la virtual impunidad,  por grupos armados, narcoterrorismo, no sólo la tranquilidad de estas regiones, si no que la vida de las personas.

Hace algunos momentos murió asesinado un trabajador mapuche, víctima de un baleo en una zona protegida por la policía, pero con las fuerzas militares ausentes, ¿por decreto?

El Gobierno, tras los atentados de esta mañana, mantuvo su posición, la que con el transcurso de las horas, comienza a generar, no sólo críticas, por el nivel acotado del Estado de Excepción aplicado, sino que repudio por lo que se estima la preservación de un criterio ideológico en el trato de estos atentados criminales de connotación nacional e internacional, más que de apego al clamor de mayor seguridad, especialmente en comunas del sector rural de ambas regiones.

Cabe señalar, y cada vez se hace más evidente, el Gobierno, aceptó decretar el Estado de Excepción Constitucional, para acceder a los requerimientos de camioneros en paro, bajar la protesta y enviar a las Fuerzas Armadas, especialmente para el control de la Ruta Sur, sin considerar, al menos en lo que se ha dicho públicamente, las rutas interiores, las que por décadas han sido sujeto de la presencia terrorista y ahora del narcotráfico y robo de madera, por citar algunos hechos delictuales.

Entonces, el Ejecutivo, privilegió quedar bien con los transportistas y dejó en abandono a las comunidades mapuches y que precisamente viven en los sectores rurales, con rutas de alto riesgo, como quedó demostrado hoy, en lo que, por tanto, se pudiera entender como una suerte de discriminación política de cara al núcleo central del conflicto.

Boric, sin bien no está ausente de las demandas mapuches, no ha encarado con sentido de Estado la declaración virtual de “guerra” hecha por el líder de la CAM, Héctor Llaitul, (de pleno manifiesto), cuando llamó a la lucha armada. La misma organización, hoy se desvincula del atentado armado a los trabajadores mapuches forestales, pero igual es parte del estado de subversión que se vive en la Araucanía y por tanto, no sólo debe abordarse con poemarios, condolencias, que tiene valor protocolar, pero judicialmente no llegan a ninguna parte, sino que con ACTITUD y si ello implica, AHORA, ampliar el confuso Estado de Excepción Constitucional, que las Fuerzas Armadas logren el control, junto a las policías, del territorio en nivel de guerrilla, pues bien hay que hacerlo sin más dilación. Aunque sea, bala a bala. El diálogo va por otro riel. Presidente, usted ya no sólo es líder del conglomerado político que lo llevó al Gobierno, es el Presidente de todos los chilenos. Y el sentido ideológico  hoy ya no tiene cabida porque es absolutamente extemporáneo.

Claro, no quisiéramos ver a los militares bajo el control ciudadano, pero cuando se llega a niveles extremos, con asesinatos a mansalva, termina siendo necesario, para no ser rehenes de esta red perversa, sino que sujetos de una política que comparta todo el país, certera, sin ambigüedades, por sobre posturas o ideologías políticas, sino que con apego al clamor que surge de las propias autoridades regionales electas y que son proclives al Gobierno.

No comparto, Presidente, en su totalidad, las declaraciones del diputado RN por la zona, Miguel Mellado, en el sentido que usted ya tiene las manos manchadas de sangre, dichas en un probable arresto “adrenalínico” (también pudieran tener estas extremidades en rojo otros presidentes), pero sí comparto en que usted es rehén de una mirada ideológica, factible en su trayectoria o campaña, pero no como Jefe de Estado.

Prefiero, algo más prudente como el diputado, también RN, Miguel Becker Alvear, quien con más razón y lógica, se dirige a usted, señor Boric, para decirle lo que piensan hoy los chilenos. Incluso similar sensación tiene hoy parte de la población que sigue sus convicciones políticas.

Importante sería que usted tome en cuenta lo que se piensa en las regiones y no sólo se aferre a los fatales “círculos de hierro”, que sólo miran lo que pasa en la Plaza Italia e ignoran pensamientos regionales, empíricos y profesionales, surgidos de las zonas de conflicto.

Presidente, Arauco y la Araucanía, no sólo tienen hoy una pena por la muerte del trabajador Segundo Catril, tienen rabia, impotencia, tienen un mensaje para usted, interpelarlo a que deje aspectos ideológicos y la vida o la muerte de las personas, se clave como prioridad en su alma y mandato.  

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