EL ÉXITO DEL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA DEPENDE DEL FIN DE LA VIOLENCIA

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Pese a la continuación de la violencia en algunas zonas del país, tanto el responsable de la Misión de la ONU en la nación sudamericana como el presidente del país señalaron ante el Consejo de Seguridad que, en medio de tantas dificultades en el mundo, de tanta intolerancia y de tanta adversidad, el proceso de paz en Colombia es un ejemplo de cómo el mundo puedo resolver los conflictos mediante el diálogo.

El dinámico proceso de paz de Colombia -que experimentó nuevos avances con la celebración de unas elecciones parlamentarias en gran medida pacíficas el mes pasado- tendrá éxito o fracasará en función de los esfuerzos que se realicen para poner fin a la violencia mortal a la que se enfrentan los excombatientes, los líderes sociales y los defensores de los derechos humanos, declaró el martes ante el Consejo de Seguridad el máximo de la Misión de la ONU en el país.

Carlos Ruiz Massieu, representante especial del Secretario General y jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, dijo que los grupos armados en algunas partes del país están atacando a las mismas comunidades que fueron más victimizadas durante la guerra civil de medio siglo, que terminó oficialmente con la firma de un histórico Acuerdo Final de Paz en 2016.

«La violencia también se está cobrando un precio especialmente alto en las comunidades indígenas y afrocolombianas en forma de asesinatos, desplazamientos y el creciente reclutamiento de menores», dijo.

Ruiz Massieu hizo estas afirmacniones en la reunión que el Consejo de Seguridad mantuvo este martes para examinar los avances de los acuerdos de paz en Colombia y que contó con la presencia por primera vez desde la puesta en marcha del proceso del presidente del país, Iván Duque.

Massieu informó al Consejo sobre los resultados de las elecciones recientemente concluidas, señalando que las elecciones presidenciales están previstas para mayo.

«Por segunda vez desde la firma del [Acuerdo de Paz de 2016], las elecciones estuvieron mayoritariamente libres de violencia», dijo, añadiendo que la exitosa dejación de las armas por parte de los miembros de la ya desaparecida milicia de las FARC-EP -verificada por la ONU- redujo significativamente la posibilidad de enfrentamientos.

Las elecciones ofrecieron, por primera vez, la oportunidad de que los colombianos eligieran a los representantes de 16 nuevas circunscripciones electorales establecidas en virtud del Acuerdo de Paz, en regiones afectadas por el conflicto.

Además, en la reciente votación se produjo un notable aumento del número de candidatas y de mujeres elegidas para el Congreso.

«El actual ciclo electoral ayuda a ilustrar algunos de los dividendos de la paz», dijo el representante especial, que parafraseó al Secretario General de la ONU, António Guterres, al afirmar que “en un mundo de divisiones geopolíticas, guerras interminables y multiplicación de conflictos, Colombia envía un mensaje claro: es hora de invertir en la paz”.

Después reiteró que “la paz de Colombia es invaluable y hay que seguir construyéndola y protegiéndola a fin de asegurar su éxito, por el bien de Colombia y por el ejemplo que le ofrece al mundo”.

Dividendos de la paz

Como ejemplo de cómo avanza el proceso de paz, Ruíz Massieu dijo que, a pesar de las dificultades, los exmiembros de las FARC-EP y miembros del partido Comunes pudieron hacer campaña y votar en las recientes elecciones al Congreso por segunda vez desde la firma del Acuerdo. Los obstáculos para su votación fueron abordados conjuntamente por las autoridades, los representantes de los excombatientes y la Misión de Verificación”.

También destacó que, en todo el campo y en muchas ciudades, los que depusieron las armas están construyendo nuevas vidas productivas a través de un sinfín de proyectos que también benefician a las comunidades y fomentan la reconciliación.

La gran mayoría de los más de 13.000 excombatientes acreditados siguen comprometidos con el proceso de paz, y casi dos tercios de todos los ex miembros de las FARC-EP participan ahora en colectivas e individuales de generación de ingresos.

No obstante, dijo que “naturalmente, el reconocimiento de lo ya avanzado no significa minimizar los retos y los riesgos que aún amenazan la consolidación de la paz en el país”.

En ese sentido, subrayó la importancia de que las autoridades competentes investiguen a fondo la supuesta muerte de 11 personas, entre ellas líderes indígenas y comunitarios, en el contexto de una operación militar contra miembros de un grupo armado ilegal en Puerto Leguízamo.

Massieu indicó también que hace dos semanas, junto a representantes de la Iglesia Católica, visitó Arauca, una región que se enfrenta a una situación crítica con más de un centenar de personas asesinadas y miles de desplazados forzosos sólo este año.

Las FARC en Putumayo entregaron sus armas en 2017 como parte del Acuerdo de Paz de Colombia. Aquí la ONU las transporta en un contenedor.

Todas las instituciones a favor de la paz

Por su parte, el presidente de Colombia aseguró que “no hay enemigos de la paz dentro de la institucionalidad y en la democracia. Todos la queremos, todos trabajamos por ella, y los únicos enemigos de la paz son los que desde la violencia han querido afectar a nuestra nación”.

Iván Duque mencionó la articulación del proceso de paz, en el que acompaña la Misión de Verificación, y destacó los logros alcanzados hasta ahora, entre ellos, el de la reincorporación de “las 12.828 personas que estuvieron en el camino equivocado de las armas, que hoy se encuentran con confianza, con credibilidad en este proceso de reincorporación a la sociedad colombiana”.

 Y destacó que más de 8600 de ellos están inmersos “en proyectos productivos individuales o colectivos, produciendo, vendiendo, comercializando y encontrando para sus familias una mejor situación de vida”.

Otro de los logros mencionados, fue el de atención y reparación a las víctimas a través de más de 50 procesos de reparación colectiva, asignando un presupuesto sin precedentes y beneficiando solamente en estos cuatro años con apoyo económico a casi 400.000 víctimas.

Un tercer logro citado por Duque fueron los planes de desarrollo, que aseguró han permitido la inversión de 4000 millones de dólares en 170 municipios para obras de infraestructuras de agua, electricidad, educación los que viven seis millones de personas, dos de ellas han sido víctimas del conflicto.

Otros aspectos positivos del proceso de paz han sido el desarrollo rural, la lucha contra el narcotráfico y el desminado.

“Quiero cerrar compartiendo lo que dijera el año pasado en su visita a Colombia el Secretario Guterres: en medio de tantas dificultades en el mundo, de tanta intolerancia, de tanta adversidad, Colombia es un faro de inspiración; las tareas pendientes en el tiempo, por el alcance del mismo, no pueden ocultar los logros que Colombia ha consolidado; logros, que más que un triunfo individual de un Gobierno, o míos, como presidente, son los logros de una sociedad que ha querido siempre derrotar la violencia”, concluyó Duque.

 

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