
Frente a una multitud congregada en la Plaza de San Pedro, el recién elegido Papa León XIV pronunció su primer mensaje al mundo, centrado en la paz, la unidad y la misión de la Iglesia como puente entre los pueblos.
“La paz sea con todos ustedes”, comenzó diciendo el Sumo Pontífice, evocando el saludo de Cristo resucitado. “Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra. La paz esté con ustedes.”
Durante su mensaje, León XIV destacó que la paz que ofrece Cristo “es una paz desarmada, desarmante y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente”. Recordó además la figura de su predecesor, el Papa Francisco: “Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma. El Papa que bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua.”
Siguiendo esa misma línea, expresó: “Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante.”
En un llamado a la acción, instó: “Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.”
León XIV también tuvo palabras de agradecimiento: “Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.”
Reafirmando su identidad, el Papa agregó: “Soy un hijo de San Agustín, agustino, que ha dicho: ‘Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo’. En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.”
Dirigiéndose especialmente a su anterior comunidad, manifestó: “Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.”
Finalmente, el Santo Padre cerró su alocución con una oración y una petición: “Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren. Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor. Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre.”
Más noticias
Mantienen Alerta Temprana Preventiva por actividad del Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle
Consejo Regional de Los Lagos visitó emprendimientos en Puqueldón buscando fortalecer el fomento productivo local
Los Lagos suma 5 lugares en la Red Nacional de Espacios para Organizaciones Sociales